La fascinación por el fuego es muy fuerte en mi, quizás sea por las innumerables ocasiones en las que me he enfrentado a el, he desarrollado una fijación que me obliga a mirar al fuego con respeto, pero con admiración, viejos enemigos que nos reconocemos y nos respetamos, pero abocados a enfrentarnos sin remedio.

No hay comentarios:
Publicar un comentario